«El bienestar de las clases medias nunca ha dependido tanto de un consenso político»
Emilio Ontiveros, catedrático y presidente de Afi cree que «hace falta un Pacto de Toledo para agilizar los fondos europeos, ver objetivos de inversión y trazar un camino de vuelta al equilibrio en las cuentas»

Emilio Ontiveros (Ciudad Real, 1948) es catedrático emérito de Economía de la empresa en la UAM, presidente de Afi y miembro del consejo asesor que formó la ministra de Economía, Nadia Calviño, para afrontar esta crisis. Profundamente preocupado por la virulencia con la que ha ... afectado a España la pandemia, asegura que aún queda un largo camino por delante y que solo encendiendo las luces largas podremos restaurar el bienestar perdido. «Si fuéramos capaces de entendernos...», anhela.
¿Cómo le está afectando la crisis a la clase media?
La crisis está ampliando la desigualdad y el proceso va a ir a más. España, además, no había logrado recuperar los niveles previos a 2007 en distribución de la renta. Hasta ahora, quien más ha sufrido son los trabajadores con menor grado de formación, pero ya empieza a dejarse notar en las capas medias. Quizá no estemos viendo sangrías de plantillas, de momento, pero mucho me temo que, por ejemplo, el sector bancario, que da empleo fundamentalmente a clases medias, va a seguir reduciendo su personal.
¿Es un fenómeno exclusivo de España o común al resto de economías?
España está teniendo un peor desempeño que el resto porque la crisis ha sido mucho más severa aquí. Vamos a sufrir mayor caída del PIB de Europa y, junto a Grecia, la mayor salida de personas del mercado de trabajo. Además, la recuperación va a ser más lenta de lo que se creía. Debemos prepararnos para una etapa complicada en niveles de renta hasta bien entrado el año que viene.
¿Han sido suficientes las medidas adoptadas?
No. Incluso los ERTE, que han podido compensar el impacto en el empleo, ha sido solo un amortiguador. Evidentemente, sin ellos, la situación sería más grave, pero su efecto favorable se va a ir reduciendo a medida que nos adentremos en el 2021. Las clases medidas, sobre todo las más jóvenes, no tienen el ahorro suficiente como para defender su nivel de vida. El principal impacto de esta crisis lo estamos viendo en la población que depende de un salario y no tiene ahorros.
¿Qué le parece la subida del sueldo de los funcionarios en este contexto?
Me parece que tiene una importancia relativa. Creo que se trata de una subida testimonial y, además, tampoco es excesivo el número de funcionarios que hay en nuestro país. Eso sí, la contribución de esta medida en la restauración del poder adquisitivo de las clases medias va a ser mínima, al igual que la de las pensiones.
¿Qué se puede hacer?
Crecer. Y eso implica anticipar lo más posible la inyección de recursos europeos. España es, junto a Grecia, Portugal e Italia, una de las economías con menor capacidad defensiva en las cuentas públicas. El Gobierno ha elaborado un Presupuesto expansivo pero no lo es, ni mucho menos, tanto como el de Alemania, que ha sufrido un impacto mucho menor. Nosotros para restaurar el nivel de vida de las clases medias y el crecimiento en general, necesitamos de los recursos exteriores. Y disponemos de dos: los fondos de Europa y la inversión extranjera directa que puede venir después. Cuando la pandemia se normalice, la inversión buscará relocalizarse y ahí España puede ser una candidata si ha sido capaz de gestionar bien los fondos europeos.
¿Qué lo está frenando?
Las propias circunstancias políticas españolas hacen que teniendo apalabrados 140.000 millones, de los que 72.000 son transferencias directas, el ritmo de inversión sea mucho más lento. Por eso, para restaurar el nivel de vida de la gente sería necesario un acuerdo político de suficiente envergadura que transmitiera a Bruselas la idea de que los fondos se van a utilizar bien. Sería muy positivo un método de trabajo similar al del Pacto de Toledo. Pero no solo para los fondos, también para identificar los objetivos de la inversión extranjera y, muy importante, marcar un camino de vuelta al equilibrio en las cuentas públicas. El bienestar de las clases medias nunca ha dependido tanto de un consenso político como lo hace ahora. Ni si quiera en la transición, ni con los Pactos de la Moncloa. El momento ahora es más delicado, pero a la vez, la oportunidad también es mayor.
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